lunes, 2 de noviembre de 2015

La Prensa y el Presidente


Un error no se convierte en una equivocación , mientras rechazas corregirlo John F. Kennedy


Damas y caballeros, la palabra “Secreto” resulta repugnante en una sociedad libre y abierta. Y nosotros como pueblo, estamos inherentemente e históricamente opuestos a las sociedades secretas, a los juramentos secretos y a los procedimientos secretos. Nosotros hemos decidido hace mucho tiempo, que los peligros de un excesivo e injustificado ocultamiento de hechos pertinentes superan en gran manera los peligros que se han citado para justificarlos.

Incluso hoy en día, hay poco valor en oponerse al hilo de una sociedad secreta imitando sus restricciones arbitrarias. Incluso hoy en día, hay poco valor en garantizar la supervivencia de nuestra nación si nuestras tradiciones no sobreviven con ella, y existe un verdadero gran peligro de que una necesidad anunciada para incrementar la seguridad sea aprovechada por aquellos ansiosos por expandir su maldad a los verdaderos límites de la censura oficial y la ocultación que no tengo la intención de permitir en la medida que esté bajo mi control, y ningún funcionario de mi administración, sea su rango alto o bajo, civil o militar, debería interpletar mis palabras aquí esta noche como un excusa para censurar las noticias, para reprimir la disidencia, para cubrir nuestros errores, o para retener de la prensa o del público los hechos que merecen ser conocidos.

Porque nosotros nos enfrentamos alrededor de todo el mundo a una conspiración monolítica y despiadada que se basa principalmente en medios encubiertos para expandir su esfera de influencia, en infiltración en lugar de invasión, en subversión en lugar de elección, en intimidación en lugar de libre elección, en guerillas por las noches en vez de la policía por el día. Es un sistema que ha usado vastos recursos humanos y materiales para construir una maquina eficaz estrechamente tejida que combina operaciones militares, diplomáticas, de inteligencia, económicas, científicas y políticas. Sus preparativos son ocultos, y no públicos. Sus errores son enterrados, no salen en los periódicos. Sus disidentes son silenciados, no elogiados. Ningún gasto es cuestionado, ningún rumor es imprimido, ningún secreto es revelado.

Ningún presidente debería temer el escrutinio público de su programa. Porque de aquél escrutinio viene el entendimiento, y de aquél entendimiento viene el apoyo o la oposición, y ambos son necesarios. No estoy pidiendo que vuestros periódicos apoyen una administración. Pero estoy pidiendo vuestra ayuda en la tremenda tarea de informar y alertar al pueblo norteamericano.
Porque yo tengo plena confianza en la respuesta y la dedicación de nuestros ciudadanos, siempre que estén bien informados.
Yo no sólo podría no reprimir las controversias entre vuestros lectores, yo más bien le doy la bienvenida. Esta administración tiene la intención de ser sincera acerca de sus errores. Porque, como un hombre sabio una vez dijo, “Un error no se convierte en una equivocación hasta cuando te rehuses de corregirlo”. Nosotros tenemos la intención de tomar completa responsabildad de nuestros errores. Y esperamos que ustedes señalen aquellos errores que nosotros hayamos descuidado.

Sin debate, sin crítica, ninguna administración y ninguna nación puede tener éxito, y ninguna república puede sobrevivir. Es por eso que el legislador ateniense Solón decretó como delito que cualquier ciudadano se desentendiera de las controversias. Es por eso que nuestra prensa fue protegida por la primera enmienda, el único asunto en América específicamente protegido por la constitución, no principalmente para divertir y para entretener, no para dar énfasis a lo trivial y lo sentimental, no para simplemente dar al público lo que quiere, sino para informar, para despertar, para reflexionar, para exponer nuestros peligros y nuestras oportunidades, para indicar nuestras crisis y nuestras elecciones, para dirigir, moldear, educar y a veces incluso irritar la opinión pública. Esto significa una mayor cobertura y un mayor análisis de las noticias internacionales, porque ya no están tan lejos y extrañas, sino cerca, a la mano. Esto significa una mayor atención a mejorar la comprensión de las noticias, así como también mejorar la transmisión. Y significa, finalmente, que el gobierno en todos los niveles debe cumplir sus obligaciones para ofrecerles la información más completa posible fuera del estrecho límite de la seguridad nacional.

Y lo mismo sucede con la imprenta, con el registro de sus publicaciones, la conservación de su consciencia, el mensajero de sus noticias, que nosotros buscamos para fortaleza y asistencia. Confiando que con vuestra ayuda, el ser humano llegará a ser aquello para lo que ha nacido, un ser libre e independiente.